la torta de camarón es uno de esos platillos que evocan sabor, tradición y hogar. En Huajuapan y muchas regiones de Oaxaca, este guiso se reserva para ocasiones especiales, sobre todo durante la Cuaresma o en días festivos en los que el maíz y el mar se encuentran en perfecta armonía. Preparada con camarón seco molido y mezclado con huevo batido, la torta se fríe hasta quedar doradita por fuera y suave por dentro. Luego se baña en un caldillo de chile guajillo o costeño, acompañado de nopales tiernos que aportan un toque fresco y ligeramente ácido. El resultado es un platillo de contrastes: lo salado del camarón, lo aireado del huevo, lo picante y cálido del chile, y lo verde del nopal, todo en un mismo plato que reconforta el paladar. Es una receta que se cocina con paciencia y se sirve con orgullo, porque en su sencillez guarda el sabor profundo de lo hecho en casa, con ingredientes humildes pero llenos de historia. Una joya de la cocina tradicional que se disfruta mejor en buena compañía, con tortillas calientitas y una buena plática en la mesa.