Los curados de fruta son el alma dulce y festiva de muchas celebraciones en Huajuapan y la región mixteca. Más que una bebida, son una tradición que se saborea con calma, entre risas y buena compañía. Preparados a base de aguardiente o mezcal, los curados se mezclan con frutas locales como nanche, piña, guayaba o ciruela, que se maceran con paciencia para liberar todo su sabor y dulzura natural. El resultado es una bebida suave, fragante y llena de matices, donde el espíritu del mezcal se entrelaza con el dulzor de la fruta, creando un equilibrio perfecto. Se sirven en jarritos de barro o en vasos sencillos, pero siempre con el mismo cariño. Ya sea como bienvenida, brindis o cierre de una buena comida, un curado de fruta es un gesto de hospitalidad, un pequeño placer que invita a quedarse un rato más y seguir compartiendo. |